miércoles, 23 de septiembre de 2009

MÁS DE 150 AÑOS GALOPANDO (continuación)


Sé que no tuvo una gran categoría pero aún tengo grabado un escalofriante final de Caray (1967), a dos años, batiendo por fuera a cuatro caballos por la mínima, pudo codearse con los mejores, pero sus manos le obligaban a correr muy espaciadamente.
Hijo de Caporal, el honradísimo Cafir (1965) con el que Paulino García pasaría a ser jockey, y que en su momento llegó a ganar tres hándicaps seguidos, lo que no es normal, aunque en 1990 Quintela haya ganado cuatro, pero lo de Cafir me pareció más emotivo, pues había tenido ya cuatro propietarios y fue capaz, al final, de correr la Copa de Oro y llegar quinto, muriendo al pasar la meta.
No podemos olvidar a Quy (1964), un extraordinario velocista que vino a España con 6 años y de 8 carreras, ganó 6 y estuvo segundo en otra, no colocándose sólo en la Copa de Oro; fuera de distancia. Lástima que muriera tan pronto, con sólo dos temporadas de monta, aunque me dió un clásico como Tinto de Toro, a través de su hija Ella.
Como recuerdo desagradable, el de L'orphelin (1967), un fenómeno en las vallas, que en la carrera de Fegentri se partió una pata, volviéndose al público com diciendo, "mirad por que no he ganado". Fue terrible la espera, hasta que llegó la inyección letal sobre la misma pista; por cierto, que ganó Nereo, quien años después representaría a nuestro país en el Gran National.
Siguiendo con lo vallistas, mencionemos a Chacoli (1968) primera adquisición de Mendoza, que confirmaría su valor en vallas en la dulce Francia.

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