lunes, 21 de septiembre de 2009

MÁS DE 150 AÑOS GALOPANDO (continuación)


Otro de la época a destacar, fue Donagua, de los mejores Touragua, que consiguió el primer derby para el creador del premio en España; Villapadierna, y que fue capaz a cinco años de ganar el Corpa, el Generalísimo y la Copa de Oro. Y voy a dedicar unas líneas a Quinault (1967), que ganó el Martorell a dos buenas yeguas, Ithaca y La Spabilada y que no debió perder otras carreras, sobre todo el Gran Criterium, donde sufrió una malísima monta. Quinault fue una buena importación de Fierro, comprado en Deauville por 36.000 francos - 482.600 ptas. de entonces - y fue el Top del Opcional, aunque sólo pudo correr una vez a tres años -tercero-, para demostrar luego en el haras su categoría. Dió a El Campillo, Mimia y sobre todo, a Bariloche, junto a una buena producción de milleros; entre los últimos, Quiriki.
De su generación fue Ifniri, que era maiden aún cuando ganó el Gran Premio, sacando a relucir todo lo bueno de su madre, Koshka, una ganadora en Inglaterra, hija del velocista Palestine, que fue capaz de ganar por clase en los 2.100 metros el Oaks. No puedo por menos de acordarme de la madre de Ithaca, Pharinande, una yegua base de nuestra cría, ya que tubo 15 hijos, trece de ellos hembras, entre ellas Guarani (1965), y ha parido hasta sus 23 años.
Párrafo aparte merece Terborch (1967), por la fama que le dió la TV, cuando enfermó, y medio muerto, recibió a las cámaras en su box, mientras luchaba contra la peste equina -bedsoniasis-.
Terborch fue un caballo atrasado que a tres años se consagró, ganando el Gran Premio en San Sebastián, lugar de su nacimiento, batiendo a dos ganadores del de Madrid (Ifniri y Aray) y a Ithaca, que habia demostrado su clase en los Oaks. Pero fue a cuatro años, cuando su galope se volvió espectacular. Solía dar un tirón, antes de la curva, que parecía deprimir a sus enemigos. Perdió el Gran Premio frente a Travertine, aún afectado por la enfermedad, pero más tarde batiría a Crepellora, a la que se estimaba en su cuadra como mejor corredor, aunque también merece citarse a ésta, pues hizo el difícil doblete para una hembra, Derby-Gran Premio y antes regaló un Oaks-Beamonte a su compañera de cuadra, la mediocre Jazmin IV. Por cierto que Travertine se lesionó en San Sebastián y moriría en 1983 sin dar gran cosa.

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