lunes, 14 de septiembre de 2009

MÁS DE 150 AÑOS GALOPANDO (continuación)


Un extraordinario caballo a dos años fue el rubio Reltaj, con clase, rapidez, precocidad, que a tres fue quizá algo exprimido, sacándole de distancia, pese a que ganara todo un Gran Premio de Madrid, el año del discutido distanciamiento de Rochebrune. Como decía Villapadierna, el semental, aparte de su físico y origen, tiene que demostrar su valía en la pista, y Reltaj lo demostró sobradamente, cumpliendo luego muy bien como padre, y mejor como padre de madres. Su padre Relic, tuvo una hija que nos hemos saltado y que fue buenísima madre, Karelica, pues dió a Angkor, Vik, Akbar, Kairel II, Karel, etc., y cuya nieta, Kriti, consiguió una fama dudosa al anunciarse su muerte en TVE, cortando para ello la transmisión e impidiendo ver en directo como Ballesteros ganaba el Open Británico de Golf. Hay un pregunta que nos hacemos muchos aficionados. ¿ Porque una yegua Madre debe correr poco? Pues una yegua con buen origen, físico y algún entrenamiento que demuestre calidad, puede perfectamente pasar al haras. Si corre no debe hacerlo pasados los cuatro años, pues la hembra sufre más en la pista y se desgasta su sistema nervioso, lo que acusan luego sus productos. De ahí el fallo como madres de grandes corredoras, por haber sido muy explotadas, y sólo a veces, con un gran descanso, han dado algo bueno, casi siempre peor que ellas.

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