lunes, 7 de septiembre de 2009

MÁS DE 150 AÑOS GALOPANDO (continuación)



No me gustaría olvidar a Arturuxo (1959), de modesto origen, que nos hizo concebir grandes esperanzas. Lástima que se lesionara enseguida, tras ganar sus únicas tres carreras, pues él, sin duda, era el mejor de la siguiente generación, aunque ésta fue bastante floja.
Es imprescindible hablar de dos yeguas: Folie y Tokara (1959), la primera porque aunque batida por Caporal, fue una excelente hembra que rebosaba clase y finura demostrada una y otra vez, incluso ante los franceses en Biarritz, y que pudo con todos los machos en otoño, en el Villamejor, impresionando su poderío y colocándose primera en la estadística de ganancias, incluso delante de su único "Waterloo", Caporal; si bien hay que reconocer que a éste se le valoró en el hándicap general seis kilos por encima de la hembra. Tokara, un poco eclipsada por el recuerdo de Folie, se encontraba más a gusto en la larga distancia, lo que no le impidió ganar por clase en las cortas; demostró su stamina ante los franceses, en Biarritz y luego en el Villamejor del 62.
Voy a decir algo de Nertal (1958) porque ganó dos veces el Gran Premio de Madrid, a 4 y 5 años, aunque sin el aliciente de la presencia de los buenos caballos ya citados, si bien en el 63 batió a una Tacora que prometía mucho y que se lesionaría en esta prueba, pese a todo, no fue un caballo que arrastrara multitudes. Su origen (Nearula), no parecía presagiar fondo, aunque no olvidemos que su madre Trucial, otra importación excelente de Beamonte, llevaba sangre de la famosa Trimestral. Nertal ganó 10 carreras y se colocó en las otras 10 que corrió. Cumplió discretamente como semental, rondando sus hijos el centenar de victorias.

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