martes, 14 de julio de 2009

150 AÑOS GALOPANDO (continuación)


Por aquel entonces también había muchas carreras de vallas, destacando, Roy de la Lande (1912) que aún ostenta el record de victorias con nada menos que 31, y no le fue a la zaga Talpak (1915) con 26, más 7 en liso, pero el récord más impresionante, porque difícilmente se podrá vatir, el el de Sandover (1916), pues corrió 188 carreras en liso y una en vallas, ganando 36 en liso entre 1918 y 1926, lo que si lo comparamos con el récord tras la guerra civil de Glauca (1967), que corrió 129 carreras (112 en liso y 17 en vallas), nos parece inalcanzable, por cierto, que también Sandover fue calificada por algunos de negra, pero era castaña oscura y murió en 1929 sin dejar descendencia.
Tambien hubo importaciones muy buenas y lástima que el marqués de Valderas no consiguiera traer a España a Sardanapale, ganador luego del Gran Premio de París en 1914 y un verdadero crak, de los pocos que no tuvimos entonces. En cambio el marqués trajo a Przemysl (1915), a lo que todo el mundo, por su extraño nombre, llamaba "la yegua de Valderas", y que fue una hembra que supo plantar cara al fabulos Nouvel An, y hasta ganarle en el Gran Premio de Santander de 1919.
Poca gente sabe que su nombre se debía a una leyenda, según la cual Libuse, reina de Bohemia, dejo libre a su caballo blanco cubierto con el manto real, para que le escogiera marido. El caballo encontró a un agricultor llamado Przemysl, con el que se quedó y la reina lo tomó como marido. ¡Y sin embargo, el equino fue yegua!

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