martes, 14 de abril de 2009

HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA


EDUARDO FIGUEROA Y JUAN DE ZAVALLA, arquitectos
PRATS Y SANCHEZ SACRISTAN, ingenieros


Hacen un minucioso estudio del carácter y sensibilidad del caballo que influye notablemente en su proyecto. Clasifican los hipódromos en: de gran capital, pequeña capital y provincianos y encajan el del proyecto en el segundo tipo; pero con posibilidades de ampliación.
Para ellos, un hipódromo es algo que no se puede inventar; que atiende a normas inalterables, definiéndolo, por otra parte, como la instalación más dificil de realizar, debido a la distinta concentración del espectáculo, antes y después de la carrera. Los 300 metros antes de la llegada, los últimos 80, todo ello implica una dificultad en el disfrute, que les llevará a situar el Recinto de General entre las pistas.
Puntos fundamentales en su proyecto son: la separación e independencia entre la circulación de caballos y público. La perfecta visibilidad para ese público del funcionamiento de los caballs en todo el recinto. El emplazamiento del paddock pasada la meta, para evitar querencias. Y el empleo de materiales de bajo coste de conservación.
Hechan en falta una recta de 1.000 metros y dan soluciones a ello.
Es, en definitiva, un proyecto detallista y apegado a la práctica del hipódromo y al manejo de caballos. Las estructuras son de hormigón y el voladizo de 18,60 metros.

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