EL HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA

LUIS GUTIERREZ SOTO, arquitecto

También ante la escasez de bibliografía y opiniones fiables, este arquitecto se decide por viajar fuera de España, donde visita quince hipódromos, de los cuales catorce aportan soluciones diferentes unas de otras y recaba cincuenta opiniones de técnicos, de las cuales cuarenta tampoco se parecen.
El Sr. Gutiérrez Soto enfoca el asunto como un problema de conjunto, no es una cuestión de accesos, ni de ingeniería, ni de jardinería, ni de pequeños detalles deportivos hípicos, por ello, se decide a disponer en planta todas las edificaciones que indican las bases, estudia los accesos, las cuadras, la disposición de las tribunas y, por último, se ocupa de la jardinería y la estética general.
Presenta cuatro soluciones y dos variantes, todas ellas parecidas y sin demostrar preferencia por ninguna. No busca originalidades, para él las carreras son un deporte con una fuerte carga de tradición, no son un circo, hay que dar sensación de aire libre, campo, grandes espacios abiertos.
Detalles importantes a resaltar en este proyecto: aparta las cuadras de la pista, del río y de la carretera situándolas en la parte alta y orientadas al mediodía. La circulación de caballos no está aislada de público, ya que no debe perderse el sentido tradicional antes mencionado, los caballos no son fieras que haya que aislar.
Le preocupa, y estudia detenidamente, la situación de los paddocks. Apunta la posibilidad de cambiar el sentido de la carrera para lograr una recta de 1.000 metros. Hace un gran estudio de los accesos que son los que condicionan las diversas variantes.
Su tribuna, en dos alturas, está motivada, según él, para evitar la sensación de vacío los días de poco público. Las proyecta como terrazas de amplios pasillos longitudinales que aportan una gran funcionalidad. Se preocupa poco por el engarce de todo el conjunto, ya que sólo está a la vista de caballos y jockeys.
El restaurante, por coincidir las horas de comida españolas con las de carreras, lo integra en la tribuna, de forma que desde él se pueden ver las pistas y, por la parte posterior, los paddocks, pesaje, etc...
Finalmente, nada de jardines versallescos, simplemente notas de color, pelouse verde y entorno de bosque de encinas.