lunes, 24 de noviembre de 2008

LASARTE (continuación)


Otro enfoque básico de Lasarte es el de su situación en el espacio. Geográficamente, a una treintena de kilómetros de la frontera francesa, las vías de acceso a su internacionalidad son cómodas y muy fáciles de resolver para los desplazamientos de los caballos. El Gran Premio de San Sebastián, 1916, adelantado en seis años a su homólogo en Madrid; el Gran Premio de 1922, con su medio millón de dotación; la Competición Francia-España, frente a productos galos del Sud-Ouest, con arranque en 1956; el Gran Premio del Cincuentenario de 1966, punto de partida de la codiciada Copa de Oro; el Armada Cup, 1985, con sus cinco millones para el ganador; pueden servirnos como ejemplo de esa participación foránea, y que dota de espectacularidad, junto a una medida de valoración de nuestra cría, a las carreras lasartearras. Y si en estos momentos los conocidos problemas sanitarios han limitado esa posibilidad, no hay que olvidar que 1993 y la plena integración en la vieja Europa nos puede ofrecer unas expectativas, que bien dirigidas y gestionadas, nos introduzcan dentro del concierto internacional de los calendarios europeos.

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