"Barcelona (...) no tardó en secundar la iniciativa de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de Madrid, construyendo también su hipódromo, estableciendo fiestas hípicas y atrayendo a la capital del principado al mundo elegante de Madrid, París, Londres y otras capitales. La concurrencia a las fiestas hípicas barcelonesas, es cada año más animada, concurren a ella las principales familias de la aristocracia, y en ligeros breacks y elegantes carruajes de la Dumont y a la inglesa, como es costumbre en las llanuras de Epson y de Chantilly, osténtanse hermosas damas elegantemente ataviadas. Aquí como en Madrid se matricularon para la carrera caballos de diferentes razas, se señalaron premio por diversas sociedades y corporaciones y hasta por particulares, pero siempre triunfando y venciendo en primer término los caballos de la propiedad del Sr. Duque de Fernán-Núñez". En esos términos veía F. de Castroverde en su libro El Caballo, publicado en 1890, los comienzos del hipódromo de Casa Antúnez.
sábado, 2 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario