lunes, 2 de febrero de 2009

LASARTE (continuación)


He visto albuna fotografía de la época de Atlántida, el mito tordo, y jamás me ha impresionado su aspecto fisico. Pero en carrera, su transformación debía de ser completa con una habitual forma de galopar en retaguardia y con unos finales demoledores que tenían que ser el resultado de un entrar en acción progresivamente y de disponer de un sistema muscular no acorde con su morfología. El trienio del Gran Premio de San Sebastián, 1930, 1931 y 1932, vio el triunfo de esa yegua con Victoriano Jiménez de conductor, en recorridos casi calcados y que dejaron ese sabor entre los aficionados de haber presenciado algo fuera de lo común. ¡ Y la última vez con 6 años y portando 62 kilos!.

No hay comentarios:

 
Google